En el diseño y cálculo práctico de
conducciones de agua, se parte de que la geometría de la conducción, es decir,
las alturas geométricas h, son conocidas. Se hace coincidir la primera sección
de cálculo con un punto en que las condiciones de velocidad y presión son
también conocidas, por ejemplo, la lámina de un depósito (presión nula sobre
la presión
atmosférica y
velocidad nula).
Conocida la presión o la velocidad en
cualquier otro punto de la conducción (por ejemplo en un punto de toma, presión
nula), aplicando los conceptos expuestos se puede determinar la velocidad y
consecuentemente el caudal.
Por supuesto, el proceso es iterativo.
Inicialmente se supone que el conjunto de pérdidas localizadas (sumatorio de
coeficientes K) es nulo, con lo que se determina una velocidad inicial de
circulación V0. A partir de esta velocidad se introducen las pérdidas
localizadas, obteniendo V1, y así sucesivamente hasta que (Vi - Vj) de las dos
últimas iteraciones sea tan pequeño como se desee. Normalmente se obtiene
convergencia suficiente con un par de iteraciones.
La ecuación de continuidad: Se
deduce aplicando un balance de materia a un elemento de volumen a través del
cual circula fluido. Esta tiene su origen en el desarrollo del teorema de
transporte y la aplicación de la ley de conservación de la masa. La ecuación de
continuidad en su forma integral para fluidos puros viene dada por la ecuación:
No hay comentarios:
Publicar un comentario